Como utilizar el Ácido hialurónico para la piel
El ácido hialurónico es un activo recomendado por los dermatólogos y reconocido en todo el mundo por sus numerosos beneficios para la piel.
¿Sabe cuáles son estos beneficios? Aprenda a introducir el ácido hialurónico para la piel en sus tratamientos faciales y cómo este activo puede ayudarle a tener una piel sana y bonita.
¿Qué es el ácido hialurónico?
El ácido hialurónico es un ingrediente activo producido naturalmente por el cuerpo con propiedades hidratantes y estimulantes del colágeno. Se encuentra en el organismo, pero con el paso del tiempo su producción disminuye, por lo que es necesario reponerla en formato de tratamiento, mediante aplicaciones tópicas o inyecciones.
Esta sustancia se encarga de rellenar los espacios entre las células y se utiliza ampliamente para reducir las arrugas y las líneas de expresión. Además, el ácido hialurónico es una molécula capaz de retener una gran cantidad de agua, manteniendo la piel hidratada, firme y suave.
¿Para qué se utiliza el ácido hialurónico?
El ácido hialurónico para el rostro ayuda a mantener el soporte y la hidratación de la piel, previniendo la flacidez, las líneas y los signos de expresión, rellenando y manteniendo la piel hidratada, firme y revitalizada. Al ser un componente natural de nuestro organismo, esta sustancia no es rechazada por la piel.
La disminución de la producción natural de ácido hialurónico, que se produce a partir de los 25 años, afecta directamente a la piel, provocando la aparición de arrugas, flacidez y pérdida de luminosidad. La reposición de este principio activo es esencial y debe hacerse en cuanto aparezcan los primeros signos de envejecimiento con los dermocosméticos que utilizan esta sustancia en su formulación.
Lucha contra las arrugas y las líneas de expresión
Existen dos tipos de arrugas: las dinámicas, que se producen por el movimiento constante de los músculos faciales, y las estáticas, que son visibles incluso cuando no movemos los músculos de la cara.
Las arrugas aparecen con la disminución de la producción de colágeno y ácido hialurónico en nuestro organismo, que son los responsables de la firmeza y el relleno, consecuencia del envejecimiento natural de la piel. Además, también influyen factores externos como la exposición al sol sin protección, la mala alimentación y las adicciones, como el tabaquismo.
Para combatir las arrugas y las líneas de expresión, el ácido hialurónico para el rostro puede utilizarse en forma de dermocosmética, o mediante procedimientos mínimamente invasivos, suavizando estos signos de envejecimiento.
Alto poder de hidratación
La principal característica del ácido hialurónico es su poder hidratante. Tiene una gran capacidad para retener el agua, ¡hasta unas 1.000 veces su peso! Al mantener la piel hidratada, se mantiene sana, flexible y radiante.
Con el paso de los años, la producción de ácido hialurónico por parte de nuestro organismo disminuye en un tercio, dejando la piel deshidratada y sin densidad. La reposición de la sustancia a través de la dermocosmética devuelve la elasticidad, la hidratación y restablece el aspecto saludable de la piel.
Disminuye los signos de envejecimiento
Podemos intentar escapar, pero el envejecimiento de la piel llega a todos. La flacidez, la formación de ojeras y bolsas bajo los ojos, la falta de volumen facial y labial son signos de envejecimiento de la piel.
Una de sus causas es el descontrol hormonal y la disminución de la producción de algunas sustancias por parte de nuestro organismo. Con la dermocosmética, podemos devolver a la piel lo que le falta y devolver el equilibrio a nuestro cuerpo y al aspecto de la piel.
El ácido hialurónico actúa para reafirmar la piel y, junto con el colágeno, estará más sana y libre de ese aspecto cansado y apagado.